Carta desde la Misión (013)
El
amargo sabor del azúcar
Marzo del 2001
Hace
pocas semanas hemos comenzado en la Iglesia un tiempo nuevo de gracia y
salvación: la Cuaresma. Se nos invita a caminar por la soledad del desierto
confiados en la promesa de Dios, que nos quiere sacar de la esclavitud de
nuestros mil egiptos y llevarnos Él mismo, de la mano, a la tierra de la
promesa, a Canaan, la tierra que mana leche y miel.
También
aquí, en estas maravillosas tierras de misión, tierras de caña hasta el horizonte,
donde el desierto es del color verde de estos interminables cañaverales, donde
los esclavos de mi parroquia dicen: padre,
aunque en su país no lo sepan el sabor del azúcar es amargo y no es de color
blanco sino rojo de nuestra sangre. También aquí el pueblo santo de Dios se
ha puesto en marcha.
Somos
pueblo peregrino, somos un pueblo de esclavos - como Israel en Egipto - a quien
Dios ha hecho la promesa de la libertad. Esta es la misión de la Iglesia y en
todo el universo, hacer libres a los hombres por el poder victorioso de la cruz
de Jesucristo. Anunciar el Evangelio de la salvación que a todos ha de movernos
a la conversión del corazón. Proclamar por cada poro de nuestra piel, con cada
fibra de nuestro ser que con la Virgen María y Santa María Magdalena que (Dios vive! (que Jesús es Señor!
El
tiempo de Cuaresma es una invitación de Cristo a descubrirle con su Madre presente
en los pobres, en los que más sufren, en aquellos cuyas penosas vidas son icono
y presencia de la pasión de Jesús ante nuestros propios ojos. No podemos
ignorar el drama de los pobres, su voz mil veces silenciada por los poderes de
este mundo, su voz tantas veces trocada en grito desgarrado, en gemido
desesperado ante tanto dolor, tanta desesperación, impotencia y olvido. La
Iglesia está aquí con ellos, para gritar a su lado, para aliviarles,
confortarles, para asegurarles que no están olvidados de todos porque la
Iglesia Madre les cobija y les protege como una madre arrulla al hijo de sus
entrañas en su regazo. Los pobres no tienen más esperanza que el Evangelio de
Cristo proclamado a los cuatro vientos por la voz poderosa de la Iglesia.
Mirad
hermanos, los pobres son pobres porque los ricos son ricos. Todo el que se
enriquece, se ha enriquecido a costa de los pobres, porque ha cerrado los ojos
a su penuria, ha endurecido su corazón ante su hermano que pasa a su lado. La
Palabra de Dios no deja lugar a engaños: Si alguno posee bienes de este mundo, ve a
su hermano padecer necesidad y le cierras las entrañas de su corazón )cómo puede decir que el amor de
Dios habita en él? (1Jn 3:17).
Hay
demasiados pobres porque hay demasiados ricos, tacaños, que no comparten, que
tienen el corazón como una piedra )y qué piensan? )que sus vidas son eternas aquí
en la tierra? )que les van a enterrar con sacos y sacos de billetes? )que su dinero y su poder les va
a abrir las puertas del cielo como se les han abierto todas las puertas aquí en
la tierra por su influencias y su poder? No hermanos, no, no amigos, no, de
ninguna manera. La paradoja de la vida evangélica es que dando se recibe, que
lo que no das y te guardas avaramente, lo perderás en la hora de la muerte, que
lo que des por amor a Cristo en los pobres lo habrás ganado en limosna para tu
alma en la vida eterna. (Qué difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos! (Mt 19:23).
El magisterio
de la Iglesia, de los santos, nos pone los pelos de punta ante tan grueso
asunto, la gran santa Teresa de Jesús (que no creo yo que sea demasiado
sospechosa de marxista) decía: yo lo
pienso muchas veces y no lo acabo de entender cómo hay tanto sosiego y paz en
las personas regaladas (Medit. Cantares 2,15). Gózanse de lo que tienen, dan una limosna de cuando en cuando, no
miran que aquellos bienes no son suyos, sino que se los dio el Señor como a
mayordomos suyos, para que partan a los pobres, y que les han de dar estrecha
cuenta del tiempo que lo tienen sobrado en el arca, suspendido y entretenido a
los pobres, si ellos están padeciendo (Medit. Cantares 2,8). Pareciera que ignoran que han de dar a Dios
estrecha cuenta de la administración de esos bienes: (y cuán estrecha! Si lo
entendiese el rico, no comería con tanto contento ni se daría a gastar lo que
tiene en cosas impertinentes y de vanidad (Medit. Cantares 2,11).
La
Cuaresma es un tiempo de verdadera conversión, no se trata de dar de lo que nos
sobra, sin más. Se trata de revivir en nosotros la vida de Zaqueo, ese hombre
pequeño y avaro, que se subió a un árbol para ver a Jesús que pasaba. Jesús se
detuvo ante él y le dijo: Zaqueo, baja
pronto porque hoy quiero hospedarme en tu casa.... (Lc 19:1-10). También
hoy Jesús pasa a nuestro lado y nos dice a nosotros que somos gente pequeña:
pequeña en amor, pequeña en compasión, pequeña en generosidad.... También hoy
nos dice que quiere entrar en la casa de nuestra vida, en la casa de nuestro
corazón. Dice el Evangelio que Zaqueo se
apresuró a bajar y lo recibió con alegría. Así también hoy Jesucristo
quiere producir la misma alegría en nosotros, entrando en nuestra vida,
exponiéndose Él mismo a ser objeto de mofa y burla como le ocurrió por entrar
en casa de Zaqueo (Al verlo, todos
murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse en casa de uno hombre pecador). A
Cristo no le ha importado sufrir el desprecio de la gente por querer entrar en
mi casa, en mi vida, en mi corazón.....
Quiera
el Buen Dios que también nosotros, como aquel pequeño hombre a quien Cristo se
había propuesto conquistar podamos proclamar con el corazón rebosante del gozo
y la presencia de Jesús: Daré Señor la
mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré
cuatro veces más. Es así hermanos, cuando Cristo entra en la oscuridad de
nuestros corazones, nos mueve a la conversión, y una señal evidente de que
Jesús ha entrado en nuestra vida, es el deseo gozoso y espontáneo de compartir
los bienes, nuestras posesiones materiales de las que sólo somos
administradores, con los demás. A quien, por otra parte, esos bienes les
pertenecen.
Entonces
nuestra incontenible alegría será poder escuchar a Jesús decir: Hoy ha entrado la salvación a esta casa,
porque también este es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a
buscar y salvar lo que estaba perdido. (No quisieras tú poder oír a Jesús
que te dice que en este tiempo de Cuaresma ha entrado Jesús en tu corazón de
piedra? )No sería maravilloso oír de los labios de Cristo, decirnos a cada uno
de nosotros: hoy ha entrado la salvación
a esta casa?.
Dios
pasa cada día a nuestro lado y nos dice como a la samaritana: dame de beber, lo repetirá de nuevo en
la cruz: tengo sed. Son los gemidos
del corazón de Cristo que hoy se repiten en tantos lugares de la tierra.
También aquí el sabor cruel del azúcar que hace tan amarga la vida de mis
gentes nos interpela a la vez que nos anima a hacer algo, a mirarnos a nosotros
mismos para no pasar indiferentes frente a tantos hermanos cuyas vidas están
aplastadas por el peso insoportable de la cruz.
Lo bueno que es Dios: No hace falta decir que entre
tantas penas como soportan estas gentes, Dios Padre está haciendo maravillas,
verdaderos milagros de amor.
Por ejemplo:
.- En estos tres meses últimos hemos
bautizado en prácticamente todos los bateyes, en total más de 400 niños y
adultos ((con catequesis intensiva y cursillo para los padres y padrinos!). Fue
verdaderamente emocionante ver una madre bautizarse ella y sus siete hijos, los
picadores de caña analfabetos y ancianos enfermos prematuros de tantas
penalidades, su alegría, su entusiasmo era desbordantes.
.- Ya tenemos 14 pueblos donde se reza laudes
todas las mañanas, en el patio de una señora, debajo de una palmera o cualquier
otro árbol, una enramada...
.- Todos los viernes aumenta el número de los
que asisten a la adoración al Santísimo Sacramento que está expuesto en la
iglesia parroquial de 2 a 7 de la tarde.
.- Esta semana santa se celebrarán los Oficios
en 6 pueblos, más que en ningún año anterior, con la ayuda de los misioneros
que han venido de España y la cantidad de estupendos evangelizadores que están
surgiendo de la misma parroquia.
.- La gran novedad de este año es la pascua
juvenil. Se nos ha ocurrido este año - al tener ya terminado el segundo piso de
la casa de los misioneros - celebrar un retiro con más de 200 jóvenes de jueves
santo a domingo de pascua. Queremos darles la oportunidad de vivir la pascua
del Señor en serio. No os imagináis el entusiasmo que esto ha generado en toda
la parroquia. El señor obispo vendrá el domingo por la tarde a celebrar la Misa
del domingo de resurrección. Para la vigilia pascual tenemos más de 130
personas preparadas para recibir el bautismo y otros sacramentos de la
iniciación.
.- Hemos empezado en la misma iglesia de
Gautier otro centro nutricional y educativo con 120 niños de ese batey. Tenemos
seis magnificas voluntarias que aprovechan la mañana para alfabetizar,
catequizar y repartir la comida a sus respectivos grupos.
.- Estamos colaborando con un programa del
gobierno para repartir bolsas de comida a los bateyes. Distribuimos comida a
2500 familias semanalmente. No podéis haceros ni idea el trabajo que es esto.
Cargar el camión y las camionetas, recorrer batey tras batey. Hacer el censo de
cada pueblo...
.- Seguimos evangelizando todos los sábados
en la cárcel militar de San Pedro de Macorís donde soy el capellán. También les
ayudamos en la gestión de su documentación y les facilitamos asesoría legal.
.- Estamos gestionando ante la Secretaría de
Estado de Salud Pública la entrega del antiguo hospital de San Pedro para que
la Iglesia Católica pueda establecer su propio hospital y así ofrecer la mejor
asistencia médica, sobre todo a los más pobres.
Proyectos en marcha:
1-. Terminar la
casa de los misioneros: hemos logrado finalizar el segundo piso de la casa de los misioneros,
que también nos sirve para dar retiros y otras actividades de la parroquia. Sin
embargo todavía nos falta de este proyecto, la cocina, el comedor (para cien
personas), la capilla, area de lavandería, almacenes, etc... Esperamos poco a
poco poder irla terminando. (Contamos con vuestra ayuda!
2.- Capillas en
los bateyes y campos: Desde el ciclón Georges no tenemos ni una sola capilla en campos y
bateyes. Queremos empezar a construir en todas esas comunidades rurales,
capillas que sirvan para las celebraciones litúrgicas y también catequesis y
otras reuniones de las comunidades. )Te gustaría hacerte responsable de la
construcción de una capilla?. Por 500.000 pts. puedes ayudar a edificarla.
3.- Proyecto de
viviendas en batey Gautier: Estamos tratando de construir doscientas casas en el batey para
reubicar a las familias más pobres de otros bateyes, especialmente los que
están más lejos de los servicios más básicos u otras fuentes de trabajo.
Cada
casa consta de tres habitaciones, una sala-comedor, un baño y una cocina, en un
total de 40 m5 en una parcela de 150 m5, y sale por 500.000 pts. En
total queremos ayudar a trasladar a 1500 personas.
Misioneros:
Como
decía al comienzo, el sabor del azúcar por estar tierras es horriblemente
amargo, sin embargo, gracias a tantos misioneros maravillosos que nos manda el
Buen Dios, ese sabor se hace más dulce por la bondad y la generosidad de estos
jóvenes que vienen con ilimitado entusiasmo y una fe a prueba de fuego para dar
lo mejor de sus vidas.
Es
imposible medir la cantidad de bien que hace porque la caridad no sabe de
números, ellos lo dan todo y se dan del todo a cambio de nada, por amor a Dios,
por amor estas gentes que para este mundo no son mas que pedazos de carne con
ojos (así definen tantos por aquí a los haitianos de los bateyes) y que para
ellos, por la misteriosa gracia del bautismo son amigos y hermanos: una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios
y Padre......
Nada
más, recordadnos siempre en la oración, poned a través de su Bendita Madre nuestras
vidas y trabajos por el Reino sobre el altar, como la gota de agua que se
mezcla en el cáliz con la sangre redentora de Cristo. Nosotros os recordamos
cada día ante el sagrario de la misión.
Con mi
más cariñosa gratitud y mi bendición.
Padre Christopher
Benefactores de la Fundación Misión de la Misericordia
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datos y enviar a Teresa Parladé Soto B C/José Abascal, 42 B 28003 Madrid o al e.mail misionmisericordia@teleline.es o al n1
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